TOURS VIRTUALES: ¿OPORTUNIDAD O COMPETENCIA?
Vaya que la pandemia vino a hacer cambios radicales en nuestras vidas, de golpe y porrazo aparecieron tantas cosas novedosas ligadas a la tecnología que transformaron nuestras vidas, y a las que debimos adaptarnos en un lapso cortísimo de tiempo. El Home office, el e-sport con sesiones virtuales de yoga, spinning y crossfit, la educación a distancia, las virtual kitchen y tantas y tantas novedades que como flores en primavera abrieron sus pétalos dejándonos sorprendidos de tanta creatividad aunada a los avances digitales.
Evidentemente el turismo siempre ligado al desarrollo tecnológico no podía dejar de estar presente en estas interesantes propuestas para la sociedades que encerradas en sus casas, clamaban por sentir nuevamente de cerca la emoción de conocer o visitar nuevos lugares, destinos o museos. De esta manera, nuestros guías expertos comenzaron a desarrollar productos digitales para solventar tal necesidad, surgiendo desde lo profundo de sus computadoras los «Tours Virtuales»
Cientos y cientos de webinars comenzaron a circular por la red invitando a los cibernautas a unirse a un movimiento mundial de visitas virtuales, los expertos en la narrativa turística adaptaron sus experiencias guiadas al modelo de e-commerce, proponiendo llevar a acabo recorridos sin movernos de casa. Si bien al principio la experiencia resultaba plana, sin alma, sin la emoción que produce estar de frente a lo descrito, muy pronto estas sensaciones fueron desapareciendo, mucho por las herramientas que proporciona la tecnología para dar lucimiento a las presentaciones, y otro tanto y por supuesto, por la enorme y encomiable pasión que los guías de turistas ponen en cada una de las sesiones.
El reto era verdaderamente enorme, convertir una visita turística en un contenido audiovisual atractivo, puso a prueba el ingenio, dedicación y experiencia de nuestros guías turísticos, que con muy poca experiencia en el tema tuvieron que generar habilidades tecnológicas superiores para dar la batalla al encerrón provocado por el Covid-19.
Una de las primeras situaciones que tuvieron que enfrentar fue el hecho de que de repente se veían atendiendo una nueva especie de turistas «Los E-turistas», un nuevo perfil de turistas muy allegado a las características que corresponden a estas nueva generación de jóvenes: ansiosos, distraídos, inmediatos, visuales, dispuestos a participar siempre y cuando el contenido sea entretenido, ligero y con de detalles tecnológicos. Vaya que la tarea no era fácil, a todo esto había que agregarle que ahora el grupo no era de 20 sino de 200, 300, 1000 y que se conectaban no tan solo de nuestro país, sino que encontrábamos en la transmisión, E-turistas de muchos otros países, la cosa comenzaba a ponerse verdaderamente interesante.
Lejos de amedrentarse ante tal reto y respuesta de los E-turistas, los guías utilizaron esta herramienta para consolidar su posición como expertos en diferentes temas, siendo las temáticas retroalimentadas por una infinidad de propuestas que llegaba de todas partes solicitando desde la vida de un personaje histórico, como la receta del pozole mexicano.
Mecanismo extraordinario de marketing digital, los webinars, conferencias, cursos, talleres y visitas guiadas virtuales han creado un nuevo mercado de oportunidades únicas a los guías de turistas. Pronto regresaremos a caminar las ciudades, las calles, los barrios, los bosques y selvas, pronto volveremos a saborear el contacto físico tan necesario, cálido y espectacular, pero en definitiva el E-turismo llegó para quedarse.
Aquellos que subieron al barco de la adaptabilidad, de la flexibilidad, del aprendizaje y la tecnología ahora saben que los Tours Virtuales lejos de ser una competencia, son una verdadera oportunidad de hacer crecer su cartera de clientes, de ampliarse a nuevos países, de entender mejor a sus visitantes a través de retroalimentaciones, y que el resultado de su trabajo puede ser medido y ajustado tan eficientemente que al paso del tiempo se logrará hiperpersonalizar los servicios que ofertan.
Un aplauso y reconocimiento a la enorme comunidad de guías turísticos, que lejos de dejarse morir, se reinventaron sobre casi sus cenizas, emergiendo como quetzal inmortal, transmisor ancestral de nuestra historia y cultura.